domingo, 25 de agosto de 2013

RESÚMENES DE HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN (1ª ENTREGA)


RESÚMENES DE HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN, CON PARTICULAR REFERENCIA AL MUNDO OCCIDENTAL

 



Federico Bello Landrove






PRESENTACIÓN

 

      El objeto de este trabajo es doble. De una parte, armonizar en un solo texto un compendio de historia general o política, de la civilización y del arte. De otra, que tal resumen sea lo suficientemente escueto como para propiciar una consulta muy rápida de cualquier tema, pero lo bastante profundo como para poderse formar una opinión básica sobre el mismo.

 

     Aunque pueda parecer baladí, es el hecho que he dado muchas vueltas al título, sobre todo, por aquello de mundo occidental. Creo que el sentido de la reducción geográfica es claro: apenas se trata de culturas alejadas de lo que ha sido nuestra matriz europea, hasta que las exigencias históricas lo imponen (colonialismo, globalización). Pero el epíteto occidental y el sustantivo mundo (nada menos) son vocablos de muy discutible empleo. Dejémoslo estar. Después de todo, no creo que los pocos que lleguen a leer título y contenido de esta obra se sientan engañados por aquel.

 

      Nada hay en el texto que sigue de original, aunque sí de personal, al menos, en lo que el autor ha vivido o estudiado más a fondo. Tal sometimiento a los historiadores precedentes tiene una indiscutible ventaja: quien se sienta defraudado o disconforme con lo que lee no tiene que molestarse con el autor, sino con los muchos gigantes a cuyos hombros aquel se ha subido para otear el pasado (nuestro aquí parafraseado, Isaac Newton, debía de hacerlo en otra posición, ya que él escrutó el futuro).

 

     Voy terminando. Estos Resúmenes tienen algo de telegráfico, que deben a su origen. Este casi-libro ha nacido de veinticinco extensas fichas, que sacaron a su autor de más de un apuro cuando tuvo que demostrar sus conocimientos, ante sí o en público. La conversión de las fichas en otras tantas lecciones ha procurado aportar tejido conectivo para enlazar unas con otras y explicar y ampliar lo que parecía en exceso descarnado. Pero el cansancio y el hastío han pasado factura, y no siempre se ha logrado enmascarar el origen escolar y rudimentario del material de procedencia.

 

      Este trabajo va dedicado a todos aquellos que tienen poco tiempo, poca base y algunas ganas de tener una visión global básica de nuestro pasado como hombres. Y rinde agradecido y cariñoso recuerdo a los profesores de historia de quien suscribe, la mayoría de los cuales ya no están entre nosotros, salvo en  el recuerdo de sus alumnos, y algunos, también en el corazón.

 

 

 

 


LECCIÓN 1.  LA PREHISTORIA



1.      CONCEPTO Y FASES DE LA PREHISTORIA.

     Podemos definir la Prehistoria como el periodo que va, desde la aparición de los seres humanos, hasta la existencia de fuentes escritas comprensibles para nosotros.

 

     Esta definición (que parece sencilla) está llena de arduos problemas:



·         ¿Cuándo aparecen los hombres en la historia de la evolución de las especies? Depende de lo que entendamos por hombres pero, si nos referimos a homínidos (es decir, a especies diferentes de los simios y con mayor o menor parecido y proximidad a Homo sapiens), podemos remontarnos –según autores- a entre 1.800.000 y 500.000 años atrás.

·         La aparición de fuentes escritas comprensibles para nosotros no es una fecha precisa. Hay civilizaciones que nunca llegaron a utilizar la escritura, otras cuya grafía nos resulta ininteligible (por ahora) y otras que llegaron a la escritura en fechas muy dispares. En general, las escrituras comprensibles más alejadas de nosotros no nos llevan más allá de unos 3.000 años atrás, aunque hay excepciones (Egipto, Sumeria) que se remontan a 5.000 años.

·         ¿Por qué es tan importante la escritura? ¿Es que no hay otras fuentes para conocer la historia tan seguras e importantes como las escritas? La verdad es que, aunque con buen fundamento, no deja de tratarse de un convencionalismo, pues conocemos a fondo culturas que no dejaron fuentes escritas. Pero, además de la tradición, la escritura está potenciada como fuente de la historia por su casi insuperable precisión.

 

     Si carecemos de fuentes escritas comprensibles, ¿de qué otros medios podemos valernos para conocer lo sucedido en la Prehistoria? La respuesta depende en parte de la antigüedad del periodo que estudiemos:


  • ·         Para las épocas más alejadas de nosotros, la fuente más eficaz serán las excavaciones estratigráficas, en busca de fósiles y de algún ajuar que haya podido conservarse sin una total descomposición.

·         Para periodos más próximos, las excavaciones arqueológicas nos permitirán desenterrar ajuar de lo más variado, objetos artísticos, edificaciones y hasta ciudades enteras.

·         Para superar los problemas tradicionales de datación ha sido decisivo el empleo del método del carbono radiactivo (carbono 14), que es de suma exactitud para épocas intermedias de la Prehistoria y útil en casi todo momento.

 

     La Prehistoria ha sido dividida tradicionalmente en periodos, en función de los materiales más empleados por los hombres y la forma de trabajarlos. Así, el primer periodo, el Paleolítico, se caracteriza por el empleo para armas y herramientas de la piedra tallada. Tras una fase intermedia (Mesolítico), en el periodo siguiente, el Neolítico, destaca el uso de la piedra pulimentada. Tras una fase de transición (Calcolítico o Eneolítico), sigue la Edad de los Metales propiamente dicha, con dos periodos fundamentales: Bronce e Hierro.

 

2.      EL PALEOLÍTICO: GENERALIDADES.


      En tan antiguo periodo de la Prehistoria (que arranca de nuestros orígenes como especie), y que se extiende a lo largo de decenas de miles (si no cientos de miles) de años, resulta imprescindible aludir a las condiciones naturales imperantes, tanto en lo biológico, como en lo climático.

 

·         En lo biológico, se asiste a la evolución de los primeros homínidos, hasta llegar a hombres antiguos, pero genuina e indiscutiblemente humanos, como el llamado hombre de Neanderthal (hacia el 100.000 a.C.), y a los primeros seres de nuestra especie (Homo sapiens sapiens), como el hombre de Cromagnon (hacia el 40.000 a.C.).

·         En lo climático, encontramos condiciones muy variables, con la producción de las cuatro últimas glaciaciones y los consiguientes periodos interglaciales.

 

     ¿Cuál era, a grandes y comunes rasgos, el modo de vida de los hombres en el Paleolítico? Podemos resumirlo en cuatro puntos: alimentación, vivienda, herramientas y sociabilidad.

 

·         La alimentación era esencialmente el aprovechamiento de recursos naturales: caza, pesca y recolección de frutos silvestres.

·         Las viviendas, según zonas y periodos climáticos, consistían en cuevas o chozas, calentadas ya con hogueras (puede cifrarse alrededor del año 100.000 a.C. el dominio y uso del fuego por los humanos).

·         Las herramientas y armas eran de madera, hueso o asta y de piedra tallada, en especial, de sílex.

·         La sociabilidad se manifestaba por la integración en pequeños grupos familiares o tribales.



     ¿Qué decir de las formas artísticas? Es cierto que el arte paleolítico tiene una aparente relación con aspectos utilitarios, como la religión y la magia, pero ello no oculta sus rasgos estéticos, evidenciados en el parecido, el color, el movimiento o la caricatura.


      El arte paleolítico por antonomasia es la pintura, de la que en España tenemos representación de las dos escuelas más brillantes: las pinturas rupestres de la zona franco-cantábrica (con apogeo hacia el 14.000 a.C.) y las de los abrigos rocosos mediterráneos (del 10.000 a.C. en adelante). Las primeras impresionan por el dominio de la forma (incluso aprovechando los relieves parietales) y el color, en tanto que las segundas destacan por la línea, el movimiento y la plasmación de escenas.


      También asistimos a los primeros pasos de la escultura, ya sea en el tallado de ciertas herramientas o símbolos de mando (bastones), ya en pequeñas esculturas propiamente dichas, de animales o femeninas (las llamadas venus, que parecen simbolizar la fertilidad).

 

 

3. EL NEOLÍTICO Y SU “REVOLUCIÓN PACÍFICA”.


      Aunque no en todo el mundo empezara al mismo tiempo, a los efectos de Occidente puede decirse que el periodo Neolítico o de la piedra pulimentada surge del año 7.000 a C. en adelante. Suele aludirse a “revolución neolítica” para denominar el enorme cambio vital que experimentaron los hombres al pasar a esta nueva fase prehistórica; un cambio que probablemente no haya sido igualado posteriormente en importancia, aunque sí superado en cuanto a la velocidad de las mutaciones.


      ¿En qué consiste esa revolución neolítica, que cambió radicalmente la vida humana? Podemos resumirlo en los siguientes puntos:

 

·         Alimentación. Se reemplaza en gran parte la obtención de lo que la naturaleza espontáneamente proporcionaba, por la agricultura (cultivo sistemático de la tierra con especies vegetales de alto rendimiento y modificadas genéticamente) y la ganadería (extensiva o intensiva), que también suministra un enorme caudal de fuerza de trabajo. Como consecuencia, los hombres se hacen sedentarios, salvo los que viven preferentemente de la ganadería trashumante.

·         Se pasa, de vivir en cuevas o chozas rudimentarias y bastante aisladas, a residir en poblados y pequeñas ciudades, con un urbanismo y una fortificación más o menos rudimentarios. En ellas, surge el intercambio comercial y la posibilidad de una artesanía especializada.

·         Los materiales más utilizados, además de la madera y otros vegetales, pasan a ser la piedra pulimentada y la cerámica. La primera permite una mayor perfección y funcionalidad que el sistema de talla. La cerámica será clave para conservar y transportar los alimentos (entre otras utilidades).

·         El empleo de animales para el transporte y los excedentes que proporcionan la agricultura y la ganadería, fomentan una mayor comunicación entre los pueblos. Se inicia la construcción sistemática de caminos y de puertos para el comercio.

·         Finalmente, en cuanto al arte, se experimenta una mayor variedad. Al lado de la pintura y la escultura (ya practicadas en el Paleolítico), aparecen las cerámicas con diseño formal y decoración y, sobre todo, la arquitectura: hay toda una cultura megalítica (ligada a la religión y la funeraria), de la que surgirán las formas conocidas de menhires, dólmenes, etc.; ello, por no hablar de la construcción de casas y edificios de uso común, que nos son conocidos por las excavaciones.

 


    4.  LA EDAD DE LOS METALES.

 
     Como ya dijimos, la Edad de los Metales tiene dos periodos fundamentales: el Bronce y el Hierro. El primero se inicia en el tercer milenio antes de Cristo. El segundo, en el primer milenio a C. (fechas aproximadas para nuestro círculo cultural).

 

      ¿Qué novedades supone la Edad de los Metales respecto del Neolítico? Podemos destacar las siguientes:

 

·         Como causa y efecto del uso masivo de los metales, aparecen la minería y las técnicas metalúrgicas. Estas son cada vez más perfeccionadas y se concentran en obtener el cobre en estado casi nativo y en beneficiar con sistemas mucho más complejos el estaño (para alearlo con el cobre y formar así el bronce) y el hierro.

·         En parte por la dificultad de encontrar metales en todos los lugares, surgen el comercio y la navegación a grandes distancias, que completan el comercio de corto radio de cariz agrícola y ganadero.

·         Como estudiaremos en la lección 2, ya en la Edad del Bronce surgen los grandes imperios, enormes y complejas unidades políticas, con sus reyes absolutos y una sofisticada distribución del trabajo.

·         Por consecuencia de lo anterior, la política internacional conoce formas organizadas de dominación de unos hombres sobre otros: la servidumbre o esclavitud y la colonización o explotación económica.

·         El uso de metales permite la creación de armas y herramientas más ligeras y eficaces, que son la clave del triunfo de los pueblos que las poseen sobre los que aún no han llegado a fabricarlas.

·         En cuanto al arte y la cultura, a reserva de lo que se dirá en la siguiente lección, podemos resumir señalando que son ya bastante parecidos a los de épocas posteriores. El hombre contemporáneo puede ya reconocerse e identificarse con los parámetros éticos y estéticos de los pueblos más avanzados de la Edad de los Metales.

 

 

5.      COMIENZO DE LA HISTORIA EN LA PENÍNSULA IBÉRICA.

 

      La entrada en la historia de la Península Ibérica está ligada a la colonización fenicia y griega, que se inician hacia el año 1000 a. C. la primera y hacia el 500 a.C. la segunda. Dichos pueblos colonizadores nos transmiten las primeras noticias escritas de esta zona, habida cuenta de que la escritura de los pueblos autóctonos (como la ibérica) no ha podido ser comprendida hasta ahora.


      El mundo peninsular de esa época presenta los siguientes rasgos generales:

 

·         La penetración e instalación de pueblos europeos llamados celtas que, gracias a conocer el hierro, dominan parte de la Península y se establecen principalmente en el norte y el centro de la misma.

·         El apogeo de los denominados iberos, dominantes en el este y sur de Iberia. Su principal unidad política es la casi mitológica Tartessos, famosa por su riqueza minera y artística.

·         Las colonizaciones de pueblos orientales. Fenicios y griegos se instalarán, al menos comercialmente, en la zona sur de la Península y en su fachada mediterránea.

 
 
 
 
 
 
 
 
 

LECCIÓN 2: LOS IMPERIOS ORIENTALES



1.      GENERALIDADES.


     Con el nombre de Imperios Orientales aludimos a un conjunto de realidades políticas, con una situación y una cronología relativamente imprecisas. Espacialmente, descartamos la alusión a otros imperios de la época, como los surgidos en los territorios de la India y de China. Temporalmente, abarcamos un amplísimo arco de unos 2.500 años, que va de la Edad del Bronce, hasta Alejandro Magno.

 

     Con tales límites espacio-temporales, el conjunto de los Imperios Orientales se puede segregar en los siguientes ejemplos:


·         La cuenca del Nilo, en donde florecieron los sucesivos imperios egipcios, desde el año 3.000 a. C. en adelante.

·         Mesopotamia (en particular, las tierras regadas por el Éufrates y el Tigris). Aquí, desde el año 2.500 a.C. en adelante, se forjaron diversos imperios o amplias extensiones políticas, como las de los sumerios, los babilonios y los asirios.

·         Las Tierras altas, denominación que incluye las zonas montañosas o mesetarias limítrofes de Mesopotamia. En esta zona radicaron los imperios hitita (Asia Menor, hacia 1.500 a.C.) y persa (Meseta irania, hacia el año 500 a.C.).

·         Pueblos del Mediterráneo, cuyos imperios fueron mucho más reducidos y ligados al comercio marítimo: fenicios, con centro en el actual Líbano, hacia el año 1000 a.C.; judíos, en Palestina, con apogeo hacia el 900 a.C., etc.

 

       ¿Cómo eran la vida y la cultura en estos Imperios? Resulta muy difícil establecer un denominador común a todos ellos pero, haciendo un esfuerzo de síntesis, podemos destacar lo siguiente:

 

·         La gran importancia de la agricultura de regadío, que permitió mantener una numerosa población y un considerable nivel de vida.

·         Una cultura bastante urbanizada (frente al dominio absoluto de lo rural en otros pueblos) y muy religiosa (los colegios o clases sacerdotales tienen un papel fundamental en varios de estos Imperios).

·         La tendencia al imperialismo (conquistas y/o colonialismo, en especial de los pueblos vecinos) y al poder absoluto de los reyes, que frecuentemente ostentaban la supremacía civil y religiosa a la vez.

·         Unas relaciones internacionales fluidas, que se basaban, bien en el interés (comercio), bien en la fuerza (guerras de botín o de conquista, esclavización de los pueblos sometidos).

 

 

2.      MANIFESTACIONES CULTURALES Y ARTÍSTICAS.

 

     En lo referente a la cultura, aludiremos a aspectos escolares, científicos y religiosos:

 

·         Estos pueblos pasan a periodo histórico gracias a haber inventado sistemas eficaces de escritura, que se han ido descifrando a partir del siglo XIX (escrituras cuneiforme y jeroglífica). También desarrollaron sistemas de numeración. En los casos más avanzados (a partir de Sumer), se llevaron a cabo amplios planes de escolarización, de forma que al menos las clases dirigentes eran completamente letradas.

·         También se hicieron grandes progresos en las ciencias que podemos denominar “prácticas”: geometría, esencial para distribuir las tierras regables; astronomía, como arranque de la astrología; medicina (en la que sobresalió el antiguo Egipto).

·         Las religiones, muy elaboradas y frecuentemente espirituales, solían ser politeístas y dar una gran importancia a los aspectos externos: colegios sacerdotales, sacrificios a las divinidades, construcción y mantenimiento de grandes templos, etc.



     En lo que hace referencia al arte, podemos esquematizar en la siguiente forma:


·         Arquitectura. Han llegado hasta nosotros espléndidos ejemplos de arquitectura monumental, en especial, ligada a la religión y la vida de ultratumba: templos, pirámides, zigurats, etc.

·         Escultura. Tanto la escultura de bulto redondo, como los relieves, llegan a ser de muy alta calidad artística, presentando los dos diversos enfoques tradicionales, solemne y realista.

·         Artes decorativas. Pese a los estragos del tiempo, se han conservado excelentes ejemplos de azulejería, joyas, etc.

·         Pintura. Sólo conocemos la pintura egipcia, que se caracteriza por su atractivo realismo y riqueza de colorido.  




3.      LOS MEJORES EJEMPLOS: EGIPTO Y PERSIA.


     Egipto es, tal vez, el mayor ejemplo conocido de longevidad histórica ya que, con más o menos avatares e interregnos, mantuvo su importancia, unidad e independencia durante unos 2.500 años, los que van desde el 3000 a.C. hasta el 500 a.C.; y aún continuó con personalidad propia hasta la definitiva conquista romana a finales del siglo I a.C.

 

     ¿Cuáles son algunas características-clave que perfilan la civilización egipcia a lo largo de su historia? Entresacamos las siguientes:

 

·         La soberanía y la conflictiva unidad del país estaban simbolizadas en el faraón, que ejercía (al menos, teóricamente) un poder absoluto, civil y religioso. En la práctica, la influencia de los funcionarios y de los sacerdotes era un importante contrapeso al poder personal de los faraones, que fueron muchas veces títeres, en manos de parientes o ministros de gran personalidad.

·         El egipcio nos parece que tenía una verdadera obsesión por la religión y por la muerte. Procurarse una vida ultraterrena satisfactoria condicionaba la práctica religiosa y la economía de todos aquellos que tenían fe y medios para intentar alcanzarla.

·         El Estado egipcio consiguió una excelente organización agrícola, a fin de explotar su razón de ser económica: el agua y la tierra fértil del Nilo. Sin embargo, fue casi siempre un país militarmente débil, que tuvo en el desierto su mejor defensa natural. Los egipcios fueron dominados en diversas ocasiones, pero sólo durante el Imperio Nuevo (segunda mitad del segundo milenio a.C.) tuvieron una fuerte posición en Asia.

·         El arte egipcio ha impresionado a los hombres de todas las épocas por su excelencia y originalidad, por no hablar de sus dimensiones, frecuentemente colosales. Los principales prototipos arquitectónicos que conocemos son las pirámides, los templos (epi e hipo-geos) y las mastabas. La escultura, la pintura y la escritura evidencian los mayores logros en dos aspectos, que solían separar: la solemnidad y el realismo.

 

     El imperio persa (h. 550-330 a.C.) cierra el ciclo de los grandes imperios orientales y, en cierto modo puede considerarse una antítesis del mundo egipcio. Estado colosal, en la encrucijada de tres continentes, dominó y, en parte, fundió a gentes de los más variados países. Sin embargo, su duración fue relativamente corta y, cual gigante de pies de barro, se vino fulminantemente abajo en cuanto encontró un gran enemigo a su medida: Alejandro Magno.

 

     Como características generales de su cultura, pueden destacarse las que siguen:

 

·         La moderación del gobierno del Rey y un relativo respeto a las costumbres y autonomía de las principales unidades de su gigantesco imperio. Tal vez haya que ver aquí la razón por la que tantas naciones aceptaron de buen grado la soberanía medo-persa.

·         La espiritualidad y monoteísmo de su religión (el mazdeísmo), que contrasta vivamente con lo habitual entre los demás países de su época. Bien es cierto que esta religión no traspasó los límites de la nación persa y que, por lo demás, no se hizo cuestión de extenderla, en detrimento de las demás practicadas en el imperio.

·         La importancia de las obras públicas (en especial, vías de comunicación) y de los funcionarios, muy eficaces, aunque escasamente disciplinados. Unas y otros fueron los puntales de la unidad del imperio.

·         El arte era esencialmente sincrético y, en consecuencia, poco original. Destaca su tono monumental que, como es lógico, se evidencia principalmente en los palacios.



 

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