ESQUEMA PARA UN ENTENDIMIENTO DEL LLAMADO CINE NEGRO AMERICANO
1. PRECISIONES
CONCEPTUALES Y CRONOLÓGICAS.
·
Los términos cine
negro y novela negra parecen
haber sido acuñados en Francia. De hecho, los americanos utilizan la expresión film noir como propia, sin traducción
precisa al inglés.
·
Problema clave: ¿es el cine negro un género o un
movimiento cinematográfico? Si se responde lo primero, puede aceptarse que no
tenga límites temporales ni espaciales. Si lo segundo, ha de limitarse a los
Estados Unidos, en un periodo aproximado que comprende los años treinta,
cuarenta y cincuenta.
·
La opción por una u otra respuesta es muy
discutible. En sentido amplio, se habla de cine negro internacional que llega
hasta nuestros días. En todo caso, la ampliación del concepto lo difumina hasta
términos de confusión (cine negro, como cine criminal, policiaco o meramente thriller).
·
En el resto de este esquema, optaremos
decididamente por la tesis del cine negro como movimiento, sin perjuicio de
aceptar una prologación o epígono hasta fechas muy recientes.
2. CONDICIONAMIENTOS
HISTÓRICOS.
·
Tras la Primera Guerra Mundial, los EEUU
experimentan un gran crecimiento económico y una mayor permeabilidad social. En
este ambiente, la Ley Seca (o Ley Volstead, 1919) provoca una corrupción
generalizada: gran parte de la población infringe la Ley y surgen las bandas de
gangsters para controlar el tráfico de licores y aprovecharse de las mayores
ganancias.
·
En 1929 se produce la Gran Depresión, con su
secuela de paro y pobreza. Se deroga la Ley Volstead en 1933 y las bandas de
gangsters se reciclan como redes mafiosas, proyectadas hacia negocios ilícitos
(drogas, prostitución) y lícitos. Se crea el FBI para luchar contra la
delincuencia organizada y multiestatal.
·
El 1-VII-1934 entra en vigor el llamado código Hays o autocensura
cinematográfica que, en materia de cine negro, supone cuatro prohibiciones
específicas: 1ª. Presentar como simpáticos o sin castigo a los criminales. 2ª.
Utilizar la venganza como forma usual de hacer justicia. 3ª. Mostrar
explícitamente los métodos criminales. 4ª. Tratar del tráfico ilegal de drogas.
·
A partir de 1933, afluyen masivamente a EEUU
directores, actores, y técnicos
cinematográficos de los países centroeuropeos, que huyen de la barbarie nazi.
La mayoría de ellos son judíos alemanes y austriacos, que potenciarán el cine
americano, en especial, el cine negro, que recibe la herencia del expresionismo
germano de la época inmediata anterior.
·
Superada la Depresión, se produce la entrada de
EEUU en la Segunda Guerra Mundial (XII-1941), con su secuela de muerte,
inquietud y temor. Aunque el final de la contienda supone el predominio mundial
incontestable de EEUU, suscita una gran crisis de valores, un paro y
desmoralización abundantes entre los excombatientes, y la dificultad para
reciclar la economía de guerra en otra de paz. También influye la guerra fría,
con su secuela de caza de brujas
(senador Mc Carthy y Comité de Actividades Antinorteamericanas), de tan
nefastos efectos en el mundo del cine.
3.
CONEXIÓN DEL CINE NEGRO CON LA NOVELA.
·
El cine negro conecta con la novela de tema
policiaco o criminal de tono realista y con crítica social, que nace en
Inglaterra y Francia a finales del siglo XIX y que da lugar a la serie negra hacia 1920, con ejemplares
de baja calidad y presupuesto (pulps)
en EEUU. Al alcanzar gran éxito de público, autores de nivel pasarán a
cultivarla (Chandler, Hammett, Mc Coy, Thompson, Mc Cain, Woolrish; en Francia,
Prévert) y su estilo, tipos y argumentos nutrirán las películas negras mejores
y/o más influyentes.
·
La novela negra configura la iconografía que
determina los protagonistas de las películas del género (el detective privado,
la mujer fatal, el policía violento o corrupto…), por no hablar de su
incidencia en la evolución de los temas y de los tratamientos (penetración
psicológica, influjo del fatum), como
veremos en apartados ulteriores de este esquema.
·
La mayor influencia se produce cuando los
propios novelistas pasan a ser guionistas (sobre obras propias, o no) de las
películas, lo que frecuentemente acaece, en especial, con algunos de los
maestros (Chandler, Hammett, Mc Cain, Woolrish).
4.
LAS CARACTERÍSTICAS ESTÉTICAS.
·
El cine negro no es sólo definido por temas y
tratamientos de fondo, sino por una estética, ciertamente ligada a aquellos,
heredera del expresionismo y emparentada con la del cine de terror y de
misterio de la época. Casi siempre, se expresa en blanco y negro, algo que
llega a ser casi apodíctico y limitativo, cuando se generalice el gusto del público
por las películas en color.
·
Las bandas sonoras son realistas y llenas de
sonidos ambientales. La iluminación es de poca intensidad, con nítidos
claroscuros y fuentes luminosas muy altas o muy bajas (incluso, intermitentes:
luminosos de neón). Los encuadres utilizan ángulos oblicuos. Se rueda más bien
en interiores, que tienen algo de claustrofóbico. En exteriores, se prefiere
los urbanos, también distorsionados, y en ambientes nocturnos y lluviosos o de
niebla.
·
Estas, y otras características estilísticas que
pudieran citarse, responden a una ideología y unas caracterizaciones
determinadas: angustia, desequilibrio psicológico, sociedad opresiva, sujetos
complicados y de conducta dudosa, fatalidad, pobreza de medios o de
sentimientos, etc., todo ello, muy enfatizado, con un tono de metáfora y hasta
onírico, propio de la matriz expresionista.
·
Como técnicas narrativas muy características del
cine negro se encuentran el flash back y la voz en off. No son
exclusivas de este cine, pero se usan en él con tal profusión que, en
ocasiones, llegan a resultar abusivas y contrarias a la claridad narrativa y al
poder de la pura imagen.
5. LA ICONOGRAFÍA BÁSICA.
·
Las características estéticas y la ideología se
plasman en una iconografía a tenor de aquellas. Abundan los bares y garitos o
salas de juego, los hoteles baratos y los moteles de carretera, las oficinas
(más o menos siniestras), los parques de atracciones y las ferias.
·
Los objetos favoritos son los anuncios de neón,
las gafas y espejos, los teléfonos, las armas (en especial, los revólveres y
metralletas), las botellas de licor, los automóviles.
·
Como objetos de deseo, abundan los bancos y los
grandes edificios o suntuosos despachos, aunque enfocados en términos de imagen
tenebrosos o claustrofóbicos.
6. LOS PERSONAJES CARACTERÍSTICOS.
·
Seguramente, los protagonistas más
característicos del cine negro son el detective privado, el policía y la mujer
fatal. Su predominio y caracterización evolucionan con el movimiento, como
tendremos ocasión de ver al tratar de las diversas épocas del estilo. A su
lado, y como antagonistas, tras la decadencia del cine de gangsters, les dan la
réplica malvados o criminales de escaso nivel humano, tales como los timadores,
los políticos corruptos, los matones a sueldo o los mafiosos, caracterizados
como sujetos de nulo atractivo y generalmente perdedores.
·
El detective privado del cine negro queda
caracterizado de manera casi definitiva en El halcón maltés (1941):
sagaces investigadores de carácter duro, atormentados por su pasado o sus
sentimientos, que llegan a involucrarse personalmente en lo que debería ser un
trabajo meramente profesional. Según avanza el movimiento, el detective se
encamina hacia la total ausencia de certezas morales, lo que llega a afectar
también a su propio esquema de valores: generalmente, esa evolución vendrá de
la mano de la mujer fatal, que aparece como un prototipo de las falsas
apariencias y del ambiente tentador en que el detective habrá de realizar su
investigación.
·
El policía comparte con el detective privado el
protagonismo masculino en el cine negro. Su evolución es obvia a través de las
diversas etapas del movimiento, pero, en general, puede sostenerse su
caracterización como un ser solitario, un superviviente nato, que no sólo trata
de resolver los casos criminales, sino de solucionar sus problemas u obsesiones
personales. Poco dado a seguir las normas y a respetar a sus jefes (y ello, por
buenas razones), el empleo de la dureza y de métodos poco correctos irá
avanzando en el devenir del estilo, aunque sin llegar a la corrupción que
invade a muchos de sus jefes y compañeros.
·
En algunas películas muy destacadas (Forajidos,
Retorno al pasado), junto al personaje policiaco o investigador (o en
sustitución o unificación con él), aparece el protagonista-víctima que, como un
héroe de tragedia, deberá afrontar las consecuencias de su pasado, llegando
hasta el sacrificio de su vida si fuere necesario. En otros films (Senda tenebrosa), la propia víctima, como falso culpable, habrá de asumir la
investigación, ante la imposibilidad de fiarse de policías o detectives para
que hagan el trabajo.
·
Finalmente, se encuentran las protagonistas
femeninas, aunque el cine negro pase por ser machista o incluso misógino. La
más destacada es la mujer fatal, centro de un interés sexual más
psicológico que físico, y que actúa como instrumento del fatum de sus
oponentes masculinos, creando en estos un sentimiento creciente y corrosivo de
culpabilidad. Cada vez más complejas psicológicamente, estas malas mujeres
(no siempre mujeres malas) se enfrentan a otro modelo de mujer que el cine
negro no desdeña: el de esposa o novia del héroe, imagen de la tranquilidad,
del verdadero amor y de la vida de hogar. En ocasiones, la dualidad se
desdibuja y unifica en personajes femeninos, a la vez, favorables y
fascinantes, que aúnan la sexualidad y el verdadero amor (Tener y no tener).
7. PRINCIPALES ETAPAS EN SU
EVOLUCIÓN.
- La película
de gangsters. Constituye la etapa-prólogo y los primeros pasos del
movimiento, aproximadamente entre los finales de cine mudo y el ascenso de
F.D. Roosevelt a la presidencia (1933). Dentro de su dinámica, se aprecia
el paso desde un tratamiento objetivo o incluso encomiástico del gángster, hasta su presentación
como el enemigo público número uno de la sociedad americana (influencia de
la censura). Pasados estos años,
el gángster no dejará de protagonizar esporádicamente el cine negro (por
ejemplo, en las revisitaciones
biográficas), pero con connotaciones bastante diferentes: transformación
en mafioso inteligente,
conversión del protagonista en gángster, gángster encarcelado, etc.
- Ciclo
presidiario y de denuncia social. Coincidiendo con el periodo anterior
y continuándolo hasta la superación de la Depresión (finales de los años
treinta), el cine negro trata extensamente de la injusta situación en las
cárceles (presentadas como antros de maltrato y escuelas del crimen) y del
camino a la delincuencia por el desempleo y la marginación; en resumen,
del efecto positivo de la sociedad y del sistema penal para transformar al
marginado en delincuente. Uno y otro subgéneros subsistirán en épocas muy
posteriores, pero la evolución de las conciencias y la censura pondrán entonces el
énfasis, no tanto en la crítica social global, cuanto en los temas del
falso culpable y del efecto redentor del amor (y hasta de la religión)
sobre los fuera de la ley.
- Periodo clásico. Se caracteriza por
pasar el protagonismo, del gángster y el delincuente, al policía o al
detective privado que los investigan y combaten. La creación del FBI
impulsa el nacimiento de esta etapa, hacia 1935, que inicialmente presenta
a los policías como grandes y sacrificados luchadores contra el crimen,
aunque tengan que superar los mayores obstáculos (incluso la corrupción
judicial y de sus superiores). Hacia finales de los años cuarenta, el
pesimismo predomina, y son ya los propios policías de calle quienes frecuentemente se dejan corromper o emplean
métodos (violencia, manipulación) que no se diferencian mucho de los de
sus antagonistas (“el fin justifica los medios”): Sed de mal (1958) cierra brillantemente este ciclo.
- En lo que respecta al ciclo detectivesco, iniciado en 1941 con El halcón maltés, participa de algún modo de la citada
evolución del ciclo policíaco, como se aprecia en las sagas de Sam Spade,
Philip Marlowe o Micky Spillane. La integridad del personaje, aun con toda
su carga de pasado y sus relaciones con las mujeres fatales, se va
perdiendo en un mundo de violencia y crisis de valores, hasta diluirse el
propio protagonista (inicialmente, orgulloso e independiente detective
privado) en falsos culpables, detectives a la fuerza, o en la figura híbrida del detective-policía, que
actúa por libre, al margen de
sus dudosos compañeros.
- La serie
criminal. El tratamiento psicológico (muy significativo en el film noir clásico) llega a
constituirse en decisivo, indagando en profundidad en la psicología del
delincuente, presentado muchas veces como un enfermo mental, o en la de la
mujer fatal, así mismo llena de paranoias. Este cambio del énfasis desliza
insensiblemente el cine negro hacia el campo del thriller o del melodrama. F. Lang preludia estos cambios,
cuyos maestros indiscutibles serán
A. Hitchcock y O. Preminger, que cerrará el subgénero (1959, Anatomía de un asesinato). A partir
del agotamiento de este camino, el cine negro se mezcla inextricablemente
con otros géneros y finalmente acabará por homenajearse a sí mismo.
8.
CONTINUACIÓN DEL CINE NEGRO.
·
Dejando a un lado la estéril discusión de si
existe o no el cine negro más acá de 1960, se hace inevitable aludir a
numerosas películas que se pretenden (o los críticos así las consideran)
continuadoras del cine negro de los años treinta a cincuenta. Su número
relativamente abundante permite una cierta caracterización de tales películas a
través de las décadas totalmente transcurridas desde entonces.
·
Años
sesenta. En esta década se vivió la crisis del sistema de Estudios y la
desaparición total del mundo reflejado por los films noirs de pasadas épocas. Se hizo un esfuerzo por actualizar
el género, mediante historias y personajes actuales y relativamente nuevos,
aunque esto último se evidenció imposible. La desaparición de la censura
facilitó el mayor empleo explícito del sexo y la violencia. Se mantuvieron los
detectives privados (Harper, 1966) y continuó el mestizaje del cine negro con
el thriller y el cine de acción (A quemarropa).
·
Años
setenta. Fue una década de resurrección
del cine negro, aunque en color. Reaparecieron Marlowe y las adaptaciones de
otras obras de R. Chandler; resurgió el cine de gangsters (saga de El Padrino) y los ambientes y estéticas
continuistas (Chinatown). El policía
se caracteriza con violencia: Harry el Sucio.
·
Años
ochenta. El interés por el cine negro se acusa en los remakes (El cartero siempre
llama dos veces) y los pastiches
nostálgicos (W. Wenders, J.L. Garci). Más interés tienen obras originales, como
Sangre fácil, Fuego en el cuerpo o Blade
runner, que engarzan el cine negro con la violencia desmedida o el
futurismo.
·
Años
noventa. El retorno al cine negro se toma con voluntad de homenajear, con
máximo respeto y cierta pretensión de fidelidad: El ojo público, L.A.
Confidencial. Se retoman obras inéditas de Chandler o J.M. Cain. El
director J.M. Dahl mantiene viva la llama de la mujer fatal, en obras como The last seduction.
APÉNDICE: GRANDES PELÍCULAS DE CINE
NEGRO.
- Cualquier selección tiene mucho de caprichosa, en especial, por el número de películas que la compongan. J.C. Paredes (Enciclopedia Universal DVD Micronet) ha ofrecido una, con alrededor de una cincuentena de films noirs (hasta 1960), que me parece digna de confianza. Él la ordena cronológicamente. Yo la incluyo seguidamente por orden alfabético, indicando año de estreno y director.
-
Abrazo de la muerte, El (R. Siodmak, 1948)
-
Al rojo vivo (R. Walsh, 1949)
-
Alma en suplicio (M. Curtiz, 1945)
-
Anatomía de un asesinato (O. Preminger, 1959)
-
Ángel o diablo (O. Preminger, 1945)
-
Ángeles con caras sucias (M. Curtiz, 1938)
-
Atraco perfecto (S. Kubrick, 1956)
-
Beso mortal, El (R. Aldrich, 1955)
-
Brigada 21 (W. Wyler, 1951)
-
Cara de angel (O. Preminger, 1952)
-
Cartero siempre llama dos veces, El (T. Garnett, 1946)
-
Casa de bambú, La (S. Fuller, 1955)
-
Ciudad desnuda, La (J. Dassin, 1948)
-
Crepúsculo de los dioses, El (B. Wilder, 1950)
-
Dama
de Shangai, La (O. Welles, 1948)
-
Dama del lago, La (R. Montgomery, 1946)
-
Dama desconocida, La (R. Siodmak, 1944)
-
Demonio de las armas, E. (J.H. Lewis, 1949)
-
Deseos humanos (F. Lang, 1954)
-
Encrucijada de odios (E. Dmytrik, 1947)
-
Encuentros en la noche (F. Lang, 1952)
-
Enemigo público, El (W. Wellman, 1931)
-
Escalera de caracol, La (R. Siodmak, 1945)
-
Extraños en un tren (A. Hitchcock, 1951)
-
Forajidos (R. Siodmak, 1946)
-
Furia (F. Lang, 1936)
-
Gilda (C. Vidor, 1946)
-
Halcón maltés, El (J. Huston, 1941)
-
Hampa dorada (M. LeRoy, 1930)
-
Historia de un detective (E. Dmytrik, 1944)
-
Jungla de asfalto, La (J. Huston, 1950)
-
Laura (O. Preminger, 1944)
-
Ley del hampa, La (J. von Sternberg, 1927)
-
Ley del hampa, La (B. Boetticher, 1960)
-
Manos peligrosas (S. Fuller, 1953)
-
Más allá de la duda (F. Lang, 1956)
-
Mientras Nueva York duerme (F. Lang, 1956)
-
Mujer del cuadro, La (F. Lang, 1944)
-
Perdición (B. Wilder, 1944)
-
Perversidad (F. Lang, 1945)
-
Relato criminal (J.H. Lewis, 1949)
-
Retorno al pasado (J. Tourneur, 1947)
-
Scarface, el terror del hampa (H. Hawks, 1932)
-
Sed
de mal (O. Welles, 1958)
-
Senda tenebrosa, La (D. Daves, 1947)
-
Sobornados, Los (F. Lang, 1953)
-
Sólo se vive una vez (F. Lang, 1937)
-
Sombra de una duda, La (A. Hitchcock, 1943)
-
Sueño eterno, El (H. Hawks, 1946)
-
Último refugio, El (R. Walsh, 1941)
-
Violentos años veinte, Los (R. Walsh, 1939)
-
Yo creo en tí (H. Hathaway, 1948)
BIBLIOGRAFÍA.
Se citan, exclusivamente, obras en español
y de carácter general.
- R. Borde y E. Chaumeton, Panorama del cine negro americano, París, 1955 (trad. Edit. Losange, Buenos Aires).
- J. Coma, Diccionario del cine negro, edit. Plaza y Janés, 1990, 1995.
- J. Coma, Luces y sombras del cine negro, edic. Fabregat, 1985, 1990.
- P. Duncan y Jürgen Müller, Cine negro, edit. Taschen, 2017 (contiene también una selección de 50 películas representativas y de calidad).
- F. Guérif, El cine negro americano, edic. Martínez Roca, 1988, 1994.
- C.F. Heredero y A. Santamarina, El cine negro. Maduración y crisis de la escritura clásica, edit. Paidos, 1998.
- J.A. Hurtado Álvarez, Cine negro, cine de género, edit. Nau Llibres, 1986.
- J.C. Paredes, Cine negro, Enciclopedia Universal Micronet, 1995-2003.
- J.L. Sánchez Noriega, Obras maestras del cine negro, Edit. Mensajero, 1998.
- A. Santamarina, El cine negro en 100 películas, Alianza edit., 1999.
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